viernes, 11 de septiembre de 2009

Por si alguien me leyera...

Llevo días sin escribir una entrada. No creo que sea por rechazo, o por ausencia de ideas, o por dudas, o por cansancio, o porque estoy ocupado o de viaje. Creo que ha sido por olvido o por falta de obsesión. Además, siempre he sido indisciplinado. Soy dócil a lo que admito, pero algo infiel y siempre indisciplinado. Y me gusta.


La extensión universal de esta posibilidad pública de escribir, la facilidad con que se puede hacer, ha roto las posiciones tradicionales de unos pocos emitiendo un mensaje y muchos recibiéndolo en silencio. En contrapartida se ha creado un asombroso medio de expresión personal con el que cualquiera puede dirigirse a los demás y los demás a él de forma inmediata creándose una red infinita de opiniones en la que es necesario transitar con cuidado y orden para que su utilidad sea posible y no se convierta en un patio lleno de gritos donde todos hablan y ninguno escucha.

Estos días visité el blog de la Mastretta en El País y tiene a diario más de 200 ó 300!!! comentarios. A mi me gusta el diálogo que se establece entre el autor y sus comentaristas o entre éstos entre sí al margen del autor, aunque él lo haya incitado. Ahora bien, me parece que tanto comentario diario no sirve para nada, no es posible digerirlo, no tiene sentido. Me imagino que la propia autora ya no se toma el trabajo de leerlos y de ser así la intercomunicación paradójicamente no se estaría produciendo. Se me ocurre que podrían limitarse los comentarios a los quince o diez primeros y de esta forma conseguir un diálogo asimilable y más concentrado.

Yo desde luego hablo desde el más puro amateurismo, que no es el caso de la Mastretta, y escribo aquí porque así me obligo a ordenar mis ideas. Tengo que reconocer que los pocos comentarios que obtengo me llenan de satisfacción y de curiosidad y que no tengo necesidad alguna de limitarlos, antes al contrario, aunque si no recibiera ninguno no pasaría nada porque no escribo para tenerlos. Pero la ventaja, la gran ventaja, de este medio es que se obliga uno a renunciar a la expresión delirante sin reglas ni límites de uno mismo con uno mismo y a afinar al máximo lo que queremos decir por si alguien se toma la molestia de leerlo. Es decir, se trata de la libre expresión personal de ideas y opiniones autolimitada por la presencia de los demás. Algo así. (continuará)



5 comentarios:

  1. Pues totalmente de acuerdo. Hace poco escribía el mismo grito de protesta: "Aquí mucho se habla, pero poco se escucha". He aprendido más en estos "últimos meses" con el intercambio de argumentos entre 4 comentaristas que en otros tantos escuchando mensajes unidireccionales de supuestos 'sabios' del texto.

    En cualquier caso, esto (la blogosfera) 'no es más' -ni menos- que una prolongación de la propia vida. La gente habla, como en la calle, o entre amigos o entre tertulias; y la gente escucha -o no- como a la salida del cine. Lo que ocurre es que aquí todo queda por escrito. Lo importante, creo, es quedarse -como en la vida real- con las conversaciones más interesantes. ¿que no?

    El del blog de 'al lado'

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  2. Soy otro amateur que está de acuerdo con MEDOBLOTRAVEZ y con Daniel -Dani- Seseña. Hablar sin escuchar es como pretender escribir sin leer. Saludos.

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  3. Siguiendo a los comentaristas de este post, he leido y escuchado con atención cada palabra argumentada y me ha parecido estupenda la idea de limitar los comentarios a un número determinado. Una forma de limitar los mismos podría ser el ir complicando cada vez más la palabra a verificar, de manera que el comentarista número 20 se las viera canutas para incluso leer dicha palabra. Por ejemplo, podría tener una extensión tan asombrosa que ni siquiera cupiese en el monitor (salvando a arquitectos y diseñadores gráficos que ya tienen monitores tan grandes como el Bernabéu). Pasaría que, si uno tiene éxito, y por tanto quiere ser leído y comentado por muchos, habría patadas para estar entre los 20 primeros. Eso, o se incrementarían las ventas de TFT's de más de 50". Media Markis ya lo está barajando.

    La Zapateta

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  4. Hombre, yo desde esta palabra nueva a la que me uno, amateurismo,creo que limitar los comentarios o el numero que un post puede soportar depende mucho también de la frecuencia. Yo escribo semanalmente (o algo así) y si se produce una extraña conjunción astral y tengo 100 comentarios podría "digerirlos". desde luego si posteara a diario como dani... ni de coña. Y bueno, a veces los comentarios no son un dialogo pero si una especie de brainstorming... especialmente por MISTERVERTIGO creo yo jaja donde estoy convencido de no pillar ni la cuarta parte y donde a veces suelto una "gracia" por llamarla de alguna manera más por dejar constancia que por otra cosa. A mi me sucede como a ti copifate, cada comentario me llena de satisfacción, aunque creo que son un poco descafeinados porque quien no le gusta no suele decírmelo.

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  5. creo que este mundo de los blogs es exactamente lo que dices en las últimas lineas, decirse a uno mismo de otra manera por si alguien le leyera..Y se te lee, se te lee.

    Si yo tuviera 300 comentarios al día, cerraba el blog y me iba directamente a Planeta y ganaría dinero y dejaría de ser precaria.

    Indisciplinado!, se echaban de menos tus palabras.

    P.D: zapateta, vaya risa tu idea de las palabras infinitas, me encanta, jajajaja.
    Por cierto, mi palabra para verificar es bastante larga, se nota que he llegado con retraso.

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