viernes, 2 de octubre de 2009

Equívocos

Me contó que llevaba un buen rato en aquel bar, apoyado en la barra y cargando el peso de una pierna a otra como le había dicho el traumatólogo que hiciera. Iba todos los días a ese local porque era de los pocos bares que todavía daba tapa con el vino y sabía tratar a los clientes. A su espalda había una pareja en pleno delirio post almuerzo, con sus copas bien servidas y las manos y las bocas propicias y descubridoras. El ruido del local no le dejaba oir la conversación, ni le interesaba y tampoco miraba demasiado. Su proximidad alteraba la tranquilidad de su habitual visita tabernaria. Oyó al hombre pedir la cuenta y en el silencio que se produjo como en un azar misterioso, los coches dejaron de pasar, alguien apagó la tele, oyó como ella le decía suplicante al hombre, "hazme una perdida".
Mi amigo sorprendido por lo escuchado, puso en el mostrador los 3 euros que dejaba siempre y salió del local pensando en lo golfas que estaban poniéndose las mujeres, y desde el umbral del bar con toda la ciudad atronando con su ruido infernal callejero, miró a la barra y les vió muy juntos manejando sus móviles. ¡Lo que les faltaba!, pensó.

4 comentarios:

  1. Me recuerda al Orgasmatrón de 'Todo lo que el hombre quiso saber sobre sexo y nunca se atrevió a preguntar'... Pero con la versión actualizada de los móviles. Ya veo a la pareja de tu amigo, retozando a golpe de bluetooth y gimiendo: ¡ sms... mms... grps, hdmt, usb!!!

    Te escribo el comentario desde mi Blackberry mientras me tomo un vinito. Pero yo estoy solo. No tengo con quién parear mis señales móviles. Menos mal que puedo Doblarme otra vez.

    Salud!

    Martín Doblosky

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  2. A veces ocurre que después de tanta comunicación vía sms, mail y demás la gente se encuentra cara a cara y necesita poner conectividad (o como se llame) de por medio.

    P.D: ¿"salió pensando en lo golfas que están poniéndose las mujeres"?, jajajaja.

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  3. Pongamos que "la perdida" se llama Beatriz. Cuando su chico, pongamos que se llama Antonio, le(a) haga una perdida, aparecerá "Beatriz ya está disponible".
    La contradicción está a la vuelta de toda barra de bar. Perdida y disponible se funden como el mejillón tigre se funde con una buena caña. Tu amigo se perdió lo de disponible porque no aguantó el primer envite de golfería. Ahora, supongo que estará contándoselo a alguien, que finalmente le sacará de su mundo de inocencia analógica.

    Bienvenido otravez a la narración.

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